Poquito a poco la vida se desmorona
se hace turbio el charco en el que te ahogas.
Gritos de ayuda que no llegan a nadie
y sólo acaban el poco oxígeno en tus pulmones.
Con la cara roja, pediste una mano
quisiste que te halaran, que te salvaran...
y sólo recibiste la horrible vista de una espalda
que tenía escrito "te entiendo, cuenta conmigo".
No es tan difícil salvarte,
sólo necesitas calmarte,
darte cuenta que no es el mar, y mucho menos el océano
en el que crees perderte.
1 comentario:
tomare nota de exte texto.
me viene bien
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