domingo, 30 de agosto de 2009

Perdón

En una de mis clases de psicología me pidieron que escribiera una carta de amor y este fin de semana me he sentado a intentar hacerla. Creo que fue mala idea tratar de inspirarme en mi propia experiencia, pues me hizo recordar muchas cosas que he decidido desplazar de mi mente, pero al parecer se resisten en quedar en la conciencia.
Decidí entonces escribir una carta de perdón, tal vez había llegado la hora de dejar a un lado el rencor y el odio, y reemplazarlo por ese sentimiento tan hermoso que siendo sincera, me es tan difícil alcanzar.
"Te perdono", escribí y por varios minutos, que parecieron segundos, me quedé contemplando esas dos palabras. ¿Lo perdono? ¿LO PERDONO? ¿Cómo perdonar a alguien que te hizo tanto daño? ¿Cómo perdonar a alguien que siempre fue una mentira? ¿A alguien que robó tanto de ti?

Pero ahí, en el papel, seguían escritas esas palabras. Se suponía que debía continuar escribiendo, pero no sabía qué seguía después... ¿Por qué lo perdono?, me pregunté... El perdón debe ser holístico, poco selectivo... Y entonces arranqué la hoja y la boté... pero el tema del perdón siguió en mi cabeza...

Una vez oí que no puedes perdonar a alguien si ese alguien no te ha pedido perdón, pero... siento que no es así... No necesito que me pida perdón, para perdonarlo... Así como sé que perdonarlo no es por el bien de él, es por mi bien... Y sé que si no lo perdono, es porque no he querido... Tal vez, a quien debo perdonar es a mí misma... porque así como él fue una mentira, yo también lo fui... porque siento que de cierto modo permití que me hiciera daño, que me lastimara, que me usara...

Perdonarme a mí misma... supongo que deberé escribir ahora "Me perdono", pero estas son aún palabras más difíciles de imaginar... y de sentir.

viernes, 21 de agosto de 2009

El berraco miedo



Ayer tuve uno de esos momentos en los que alguien te pega una cachetada simbólica que te hace mover todo por dentro.
Ese alguien era un gran amigo mío que había sido mi profesor de Filosofía en el colegio y que cuando entré a la universidad, hace 2 años y medio, se fue del país por motivos de seguridad. Toda la vida desde la primera vez que entró a clase, fue la persona que más me conoció en la vida y siempre sentí admiración, respeto y un profundo cariño hacia él.
Estaba nerviosa mientras iba a su encuentro pues sabía que terminaríamos hablando de mis miedos y de toda esa mierda que uno tiene adentro y que uno a veces es ciego y no ve. Y fue así... como buen Filósofo y amigo, terminó preguntándome ¿Quién era yo? y mi respuesta..... no supe la respuesta... pero él me forzó una y otra vez a decirle... "Nunca digas no sé... si quieres inventa, miénteme", me decía.... terminé entonces diciéndole todo.... que tengo miedo a todo, que no soy nadie, que me aterra lo que los demás piensen de mí, que me gustaría que nada me importara, que me siento ignorante, que soy ignorante, que estoy sola, que no me soporto... y entonces me hízo una pregunta que jamás pensé que fuera tan complicada:
¿Por qué alguien se enamoraría de usted?

Me exigía que dijera las cosas buenas en mí y después de mucho pensarlo, le di respuestas mediocres que me hicieron sentir absurda y que me hicieron ganar un gran regaño... "Cómo es que usted no ve en sí misma lo que por ejemplo yo veo en usted", me dijo que cuando yo perdiera el berraco miedo, yo sería la mujer más grandiosa del mundo, que me atrevería a pensar por mí misma (AH.. es q me criticó mi modo de vestir q es... supuestamente a la moda), me criticó (no fue una crítica sino una observación realmente)el que yo me sintiera tan dependiente de todo el mundo, desde mis amigos hasta mis padres (antes me pidió que le contara qué tan apegada estaba a cada una de las personas significativas en mi vida, luego de contarle unas pequeñas desilusiones que he tenido en los últimos días), me llamó la atención sobre mi carrera (Psicología), sobre mis amigos ("tenga amigos con lo que jamás se sentiría compatible, hable con gente que le caiga mal, deje el maldito miedo, atrévase a salirse de la botella en la que está") sobre mis padres ("cuando sea independiente de ellos, ellos de verdad van a ser sus amigos") y sobre mil cosas más.

Al parecer, tengo mucho qué pensar todavía, entender qué camino quiero coger.

Imagen de Jordi Solano López, "Alicia"