jueves, 30 de octubre de 2008

Catástrofe sentimental


Me cuesta entender qué putas es lo que está pasando con ese sentimiento que tengo aquí en las víceras, que me molesta hasta el punto de querer tirarme al piso atacada en llanto. Ya de tanta congestión, me ha dado gripe y esto simplemente hace que las cosas empeoren. En un tonto intento por analizarme a mí misma, trato de pensar que esto es una psicosomatización de aquello que me está haciendo tanto mal, y a lo cual es difícil nombrar.


Un vago pensamiento pasa por mi mente queriendo deshacerse de aquellas ideas que me llevan al punto ciego como en aquél entonces en el que no había cabida para otros sentimientos distintos a la desilusión, la amargura y la tristeza. Pensé que ya había pasado por esta parte del camino y todo lo había sabido superar, pero ahora resulta que me siento como una náufraga en medio del Pacífico, sin rumbo ni dirección.

Me afana que hayan personas que esperen algo de mí, siento que no daré la talla y en cierto punto los defraudaré catastróficamente. Pero me afanaría aún más si no hubiera nadie que esperara algo de mí, probablemente son estas esperanzas las que me mantienen caminando por el sendero... ¿Cuál sendero? No lo sé.. pero al fin y al cabo sendero.


Hay una máscara en mi vida que hace que aparente un equilibrio, una estabilización, una mal llamada cordura.... si tuviera que llamar de algún modo al estado en el que me encuentro, escogería la palabra somnolencia.




miércoles, 29 de octubre de 2008

Dar El Primer Paso


Dejando a un lado todas las tarudeces que entorpecen mi qué-hacer, me he dado cuenta que el primer paso siempre será intentar ser, en lo posible, lo más sincera conmigo misma y no ser terca ante mis obvias complicaciones y defectos que no me han permitido ser todo aquello que quisiera ser.

Me he dado cuenta con el trancurso del tiempo, pero en especial con el paso de los últimos días, que algunas de mis acciones no me llevarán a ningún sitio deseable, como lo es el hecho de nunca decir lo que pienso, estar cambiando de decisiones constantemente y ni siquiera haberme planteado un camino. Tal vez se deba a una suscitable falta de confianza en mí misma o a la terrible sensación de querer gritar constantemente sin lograrlo, como si uno estuviera debajo del agua o tuviera una bola de pelos en la garganta, tal como un gato.

La verdad es que hago este espacio porque es en el momento en el que comienzas a ver con claridad que comienzas a tener la necesidad de hablar.

No los aburriré esta vez, será la primera de muchas ocasiones que tendré para aburrirlos, aunque daré mi mejor esfuerzo por no hacerlo.